miércoles, 7 de julio de 2010

Quiza si importa lo que piensen los demas....


Tengo una lista de las personas con las que quiero hablar cuando llegue al cielo. Una de esas personas en mi lista no tiene nombre, no se mucho sobre el porque su historia es muy corta pero extremadamente significativa para mi en un momento como hoy.  Quizá me ponga un letrero en el cuello que diga “se busca al hombre cuya vida fue salvada por una justicia sabia”

La historia es corta, bastante corta.  En el capitulo 3 del primer libro de los Reyes, encontramos al Rey Salomón analizando uno de los casos, imagino yo, mas difíciles que se hayan presentado frente a el. Dos mujeres, un niño (suena a titulo de novela, lo puedo ver en Univision!) Según la historia, estas dos mujeres comparten una vivienda, ambas tienen varones al mismo tiempo; uno de ellos muere y su madre toma el niño que ha quedado vivo para ella.  Ahora, frente al rey, ambas disputan al bebe.  

Si la historia sucediera hoy, me pregunto cuantos pasos darían las autoridades para averiguar quien es la verdadera madre. Una prueba de ADN seria suficiente para comprobar la verdad pero en ese tiempo, sin la tecnología que tenemos hoy, la primera prueba a favor de la verdad hubiera sido la reputación de la persona. Evidentemente, aunque no esta mencionado en la Biblia, el hecho de que ambas estuviera viviendo en la misma casa y hayan aparecido ante el rey sin el apoyo de un esposo nos dice que la reputación de ambas era cuestionable, lo que significaba nadie confiaba en ninguna de ellas. 

Que triste es que nuestra reputación caiga al piso de tal forma que, tratándose de la vida de un hijo, nadie este dispuesto a dar una palabra a tu favor.  Hay quienes aun con una reputación intachable sufren difamación. Los profetas de Dios sufrieron difamación,  pero fueron levantados y redimidos delante de sus enemigos; por eso vale la pena confiar en que el mismo Dios de los profetas continua redimiendo y limpiando el nombre de aquellos que siguen y buscan la verdad.

El rey tenia que saber cual era la fama de estas mujeres, y también tenia que saber que aunque apelara a la “justicia” o “Buena voluntad” u a la “honestidad” de estas mujeres, la contestación no seria necesariamente… la verdad. Así que tomo la decisión más sabia; partir el muchachito en dos! Con solo mencionarlo se me hace un nudo en la garganta. Mis hijos para mi son el mayor Tesoro, la mas grande bendición que Dios me haya dado jamás. Se que, si hubiera estado en esa posición hubiera peleado con unas y dientes para tener a mi hijo de vuelta, pero ante el veredicto del rey, tal como lo hizo aquella madre, yo hubiera caminado dos pasos hacia atrás, y con un sumo dolor lo hubiera dejado ir, porque lo prefiero lejos de mi pero vivo.

La historia tiene un final feliz. Justo en el momento que van a partir al nino, la verdadera madre le ruega al rey que le de el niño a la otra mujer. No hay necesidad de decir o hacer nada mas; la verdad ha quedado descubierta. Me pregunto si esta mujer, cargando a su hijo de vuelta a casa, no reconoció la diferencia que hubiera hecho si ella hubiera tomando mejores decisiones en su vida. La sonrisa de ese bebe, o inclusive su llanto pudieron servirle a ella de recordatorio; Dios te ha dado una segunda oportunidad… para hacer lo correcto.  Que esperanza, que mensaje!

Estoy segura que Dios permitirá que reconozca a ese bebe (será un hombre en el cielo!). Entre las miles de preguntas que tengo para hacerle, quisiera preguntarle si alguna vez alguien le contó la historia, si su madre fue transformada por la experiencia. La verdad es que no necesito saber si su vida fue transformada, porque lo que cuenta son las millones de vidas que si han sido transformadas por esa maravillosa historia cuyas lecciones hoy retumban en los oídos de quienes la han leído; lecciones que van mas allá de la sabiduría que viene de lo alto. Para mi la lección que debiéramos recordar es simple: cuidemos nuestro nombre, nuestra vida y la de los que amamos podría depender de ello. Yeap, tengo que pensar en un mejor letrero…

miércoles, 3 de marzo de 2010

Fiesta en el Cielo

Hace poco estuve en un bautismo que para mi tenia mucho signficado; tres de los adolescentes que se bautizaban eran parte de mi grupo de estudio y nada puede llenarme de mas alegria que verlos rendirse al Maestro. Cuando la primera jovencita fue bautizada, la iglesia respondio con un simple Amen. Amen, really? 

Yo tenia 9 anos cuando me bautize. Recuerdo escuchar mucho la frase "hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente" y para mi no habia cuadro mas impresionante que el de ser parte de una fiesta angelical. Si Jesus es el buen pastor y, cuando una de sus ovejas se pierde El sale en su auxilio sin importarle nada mas, entonces, cuando la encuentra tiene que haber fiesta, y fiesta en grande! Que frustracion tan grande para la mujer que perdio una de sus monedas en su propia casa. Se imaginan? Cuando a mi se me pierde algo en la casa, mi frustracion es 10 veces mas grande. Como es posible que se haya perdido aqui mismo?? Pero si la acabo de ver!  Jesus mismo nos cuenta como la mujer, no solo se regocijo cuando encontro su moneda sino que salio a contarle a sus vecinos y a pedirles que celebraran con ella porque habia encontrado su moneda. 

Todas estas historias tienen algo en comun; Celebracion por haber hayado lo que se habia perdido. No es ese tambien el tema principal del plan de Salvacion? Si hubo un momento en la historia de este mundo donde los angeles guardaron silencio fue en las horas tristes de un viernes cuando Jesus sufrio y padecio por la raza humana. Ese dia estoy segura hubo silencio en el cielo, quizas algunos susurros, pero no fiesta.  No, la fiesta no tuvo lugar el viernes, ni tampoco el sabado, era el dia de descanso. Pero el domingo, oh mi gente, el domingo hubo parranda!!!!! Los angeles estaban tan  emocionados que uno bajo y se sento a la puerta del sepulcro simplemente para darle consuelo a las damas que el sabia vendrian a llorar al Maestro.

Si la biblia esta llena de celebraciones, triunfos, porque insistimos en celebrar un baustimo como si fuera un funeral? Si, es cierto que estamos sepultando al "hombre viejo" pero hasta eso se puede celebrar! No hay nada de "triste" en sepultar al hombre viejo, por el contrario debiera haber alegria. Nada levanta mas el animo y nos hace sentir bienvenidos a la familia de Dios que una fiesta bautismal. Y con esto no quiero pretender exagerar el punto y hablar sobre globos y confeti y quien sabe cuantas cosas mas se invente la gente; No, estoy hablando de celebracion por un pecador que se arrepiente. Estoy segura que mas de uno ha querido levantarse de la banca y celebrar con el bautizado; abrazarle, dejarle saber que es bienvenido, demostrarle nuestro apoyo. Pero pareciera que seguimos la tradicion de la seriedad la cual confundimos con reverencia. Acaso no somos nosotros los seres mas felices sobre la faz de la tierra? No somos nosotros los que guardamos los mandamientos de Dios y la fe de Jesus? No son esos motivos de alegria y fiesta? 

Pero en vez de alegria pareciera que estamos muriendo con cada amen. Sera de esa forma que Jesus celebra cuando nos encuentra? No lo creo. Si hubiera sido asi, las historias a las que hice referencia hubieran terminado de forma diferente; la mujer encontro la moneda y se dispuso a meditar de la emocion.  Me reuso a pensar que es asi, de hecho, no hay base biblica para decir que es y tiene que ser asi. Ser encontrado por Nuestro Salvador ha de ser la mayor causa de celebracion en este mundo, o es que hay algo que merezca mas fiesta que eso?

La chiquita salio del bautisterio y entro su hermano. El pastor elevo una oracion al cielo y lo sumergio en el agua. En cuestion de segundos mi mente viajo al momento de mi bautismo y recorde lo que hubiera querido ver y escuchar al salir del agua. Entonces, cuando el joven salio lo vi sonreir, y antes de que el amen saliera de los labios de mis hermanos, yo comence a aplaudir. Por un segundo senti un aire de soledad, pero, una vez mas, fue solo por un segundo: La iglesia irrumpio en aplausos y el chico... el chico abrazo al pastor y mientras salia del agua no dejaba de sonreir. Si, eso fue exactamente lo que yo hubiera querid ver, escuchar y sentir hace anos atras, y aunque yo no lo tuve, este jovencito si lo experimento. El entendio que esa tarde, tal y como lo hemos escuchado tantas veces, habia fiesta en el cielo.